Carta

Apreciable Señorita:

Me dirijo a usted con la mayor atención posible en estas líneas; únicamente con la intención de revelar ante usted la inconformidad que me ha generado el servicio que con tanto anhelo contrate en sus instalaciones.

Debo decir que el servicio de renta de espacio para celebraciones me ha resultado decepcionante y en extremadamente deficiente.

Me he acercado a sus servicios para celebrar un evento que generaba en mi una enorme ilusión y alegría; que a su vez sería extendida a mis seres queridos - familiares y amigos - quienes al igual que yo, por desgracia, han quedado sumamente insatisfechos con los resultados.

Tristemente no he encontrado algo que rescatar de esa noche respecto a los servicios prestados; el bufete, que tan exquisitamente prometieron en nuestro contrato, resultó insípido y aunque algunos platillos parecían tener buen sabor, sólo dejaban un sabor salado o quemado en mis pupilas gustativas, no sin mencionar a mis acompañantes.

La música que con tanto ahínco me sugirió contratar llegó media hora después del tiempo pactado y el sonido era, sin temor a exagerar, estruendoso y desafinado.

Las  luces que al parecer deberían de ser de las cosas primordiales en estos eventos, considerando que era de noche, simplemente tuvimos que prescindir de ellas, asiéndonos a un pequeño farol que se encontraba en la parte externa del salón.

Con la mejor intención le sugeriría un buen curso de servicio al cliente para su barra de meseros, quienes preferían conversar entre ellos a cumplir con el trabajo estipulado.

También quisiera mencionar que los precios no son nada amigables; por este motivo esperaba un servicio de excelencia que me invitara a regresar continuamente y hacer una extensa recomendación a cuanta persona se cruzara en mi camino.

En lo único que usted ha cumplido nuestro contrato ha sido en terminar el evento a la hora pactada, recogiendo puntualmente mesas y sillas para acelerar el desalojo.

Me parece preciso mencionar que sus instalaciones son increíblemente hermosas y agradables; si usted y su equipo decidieran ofrecer un mejor servicio, la calidad de los eventos sería total y absolutamente incomparable.

Lamentablemente no hay manera de echar el tiempo atrás; sin embargo le escribo con la esperanza de que no haga caso omiso a mis quejas y recomendaciones.

Si usted sirviera prestar su fina atención a estas palabras, que sólo son expresadas con la intención de que - como se diría coloquialmente - se ponga en mis zapatos y reconsidere darle el valor que merece cada evento celebrado en su establecimiento; puedo asegurarle que las reservaciones casi caerían del cielo.

Quedo de usted, su servidora.

FIN